Lecturas: "Jóvenes Titanes / Outsiders: Los infiltrados"

Para poneros en antecedentes, sigo con entusiasmo los Jóvenes Titanes de Geoff Johns y Mike McKone y abandoné a los pocos números los Outsiders de Judd Winick. Quizá eso os dé una idea de por qué me ha decepcionado este crossover tan cogido por los pelos...



Jóvenes Titanes / Outsiders: Los infiltrados
Geoff Johns, Judd Winick, Matthew Clark, Carlos D'Anda y Tony Daniel
Planeta DeAgostini




Los Titanes y los Outsiders son dos grupos del universo DC con un desarrollo análogo aunque distanciado por la diferencia generacional. A partir de los hechos narrados en Día de graduación, el devenir de ambos equipos ha quedado marcado por la muerte de Donna Troy y cómo sus componentes reaccionaron ante tal pérdida. Pero aquí no acaban los paralelismos, pues entre las filas de ambos grupos se viene cociendo la sospecha de una traición, de un secreto que acabará por explotar en sus propias narices. Unas simples palabras activarán un proceso de destrucción que llevará a los dos conjuntos a sumar sus fuerzas para hacer frente a un enemigo común y, lo que es peor, a tomar decisiones drásticas que cambiarán el estatus de sus filas.

Geoff Johns culmina (ya veremos) en este crossover entre la serie Jóvenes Titanes y Outsiders las consecuencias del origen de Superboy. Nació como un clon de Superman, pero su estructura molecular sólo pudo estabilizarse gracias a la incorporación de ADN de Lex Luthor. Conner Kent ha guardado este secreto a sus amigos y sólo Robin consiguió averiguarlo. La visión de un yo futuro más oscuro y maligno lleva a Superboy a plantearse la confesión ante sus compañeros, pero Luthor tiene planes para él. No obstante, lo que debería ser un final apoteósico para una trama que se alargaba desde el inicio de la colección, Johns lo resuelve con un pim pam pum aderezado de ñoñería adolescente. Sorprendente trabajo de un autor que hasta el momento mantenía un pulso bien firme en la serie regular de los Titanes. Acaso le sirvió para recuperar fuerzas (recordemos que los dos siguientes números de la colección corrieron a cargo de Gail Simone) de cara a Crisis infinita.

Se ha marchado Mike McKone y con él la fuerza visual de la colección de los Titanes. Matthew Clark coge el relevo sin llegar a estar a la altura de su predecesor. McKone tiene un instinto natural para la composición de una aventura superheroica que conjuga el clasicismo típico del género con una sobriedad única en el panorama actual. En cambio, Clark es heredero del cómic de superhéroes de la infausta década de los 90. Aparte de sus encuadres imposibles y las abigarradas e ilegibles escenas de lucha, hay que sumar un acartonamiento en sus personajes que frena la dinámica necesaria en este tipo de cómic.

Por el bando de los Outsiders, Judd Winick continúa una labor un tanto mediocre. El planteamiento inicial de la serie era atractivo, con un grupo cansado de los ataques de los supervillanos y una postura decididamente proactiva. Pero esto le ha llevado a realizar una serie con constantes combates cuyo sentido no va más allá de la pretendida y banal espectacularidad en detrimento de una evolución lógica y trabajada de los componentes del grupo. En esta ocasión, los episodios correspondientes a Outsiders, y de hecho todo el crossover en sí, continúa esta tónica. El dibujo de Carlos D'Anda no ayuda demasiado a acicalar el resultado final.

Jóvenes Titanes / Outsiders: Los infiltrados debe tomarse como un pequeño e intrascendente episodio de las colecciones madre. Los hechos ocurridos en las páginas de este tomo tendrán sus consecuencias directas en sendas series regulares, pero, personalmente, no echaré de menos a según qué personaje. Eso sí, sienta las bases de la desconfianza hacia un Superboy que ha demostrado ser una bomba de relojería.