Lecturas: "Koma"

Comenzamos las lecturas de verano, que no son pocas. Tengo muchos cómics pendientes desde el Saló que están pidiendo a gritos una reseña por aquí. Pero permitidme que empiece con un álbum calentito, calentito...



Koma 1: La voz de las chimeneas
Pierre Wazem y Frederik Peeters
Dibbuks


Normalmente, se hace difícil hablar de una serie que cuenta en su haber con un único álbum aparecido, como es el caso de este Koma, que viene firmado por Pierre Wazem y Frederik Peeters. Por suerte hay ocasiones, como ésta que nos ocupa, en que las ligeras pinceladas de presentación y puesta en escena consiguen captar nuestra atención hacia un mundo indefinido geográficamente, sucio, extremadamente polucionado, pero que desprende un aroma familiar que, irremisiblemente, nos atrapa entre sus brumas.

Addidas es la pequeña hija de un deshollinador que, desgraciadamente, sufre de un inexplicable mal que sólo se manifiesta mediante continuos y cada vez más prolongados desmayos, pero que no deja huella visible en ninguna prueba médica. El tratamiento que requiere para realizar un diagnóstico es sumamente inabarcable para el sueldo de un pobre hombre de avanzada edad apesadumbrado por la pérdida de su esposa y cuyo único lazo que le queda con la verdadera vida es su niña. Allá hasta donde alcanza la mirada sólo hay humo y faraónicas construcciones, delineadas de tal forma que construyen una intrincada madeja de callejuelas, una urbanita telaraña que mantiene a sus presas atrapadas en un círculo vicioso de trabajo y competencia. Los hijos pequeños deben ayudar a sus padres para salir adelante, hurgando en las entrañas de las fálicas chimeneas que decoran el paisaje de la ciudad. Éste es el papel de Addidas, la pequeña, que se pregunta constantemente por los bosques que rodean las ciudades y que acabará encontrando una salida a esa maraña de hollín en otra dirección.

Koma es una nueva serie escrita por Pierre Wazem y dibujada por Frederik Peeters que nos presenta la editorial madrileña Dibbuks. Es la primera vez que leo algo del suizo a color y, a decir verdad, le sienta de maravilla para recrear un entorno oscuro y mugriento, cuya única luz la aportan los ojos de la chiquilla. Un álbum tierno y repleto de poesía, con un tono esperanzador como sólo un niño puede dar.