Lecturas: "Caricatura" |
Que Daniel Clowes es un monstruo en el mundo del cómic no os lo voy a descubrir ahora, aunque siempre viene bien que se edite material firmado por este autor para recordarlo.
Caricatura
Daniel Clowes
La Cúpula
Daniel Gillespie Clowes nació el 14 de abril de 1961 en la ciudad del viento, Chicago. Su carrera como historietista comenzó a gestarse en 1979, cuando acabó el instituto e ingresó en el Pratt Institute de Brooklyn para estudiar Arte. Tras conseguir el título, intentó sin resultado encontrar trabajo como ilustrador en Nueva York. De 1985 a 1989 colaboró con su trabajo The Uggly Family para la revista Cracked, aparte de varios artículos teóricos. En 1985 también envió su primera historia de Lloyd Llewellyn al editor de Fantagraphics, Gary Groth, quien le hizo un hueco en el número 13 de Love and Rockets, la revista de Beto y Jaime Hernández. La carrera del cómic Lloyd Llewellyn se extendió por seis números para acabar en 1988 con The All-New Lloyd Llewellyn Special. Fue entonces cuando Fantagraphics publicó la primera entrega de Eightball, la revista que englobaría todo el trabajo en el mundo del cómic del artista desde entonces. Fue en esta revista donde apareció serializada la surrealista Como un guante de seda forjado en hierro, en los números 1 a 10, compartiendo espacio con otros relatos breves de contenido más cómico. Ghost World, la desmoralizadora y chocante historia de la separación de las amigas Enid Coleslaw y Rebecca, fue publicada en los números 11 a 18 del cómic, para dejar paso, del 19 al 21, a David Boring. Las dos últimas entregas aparecidas hasta ahora de Eightball, los números 22 y 23, corresponden a las historias largas Ice Haven y The Death-Ray, donde se nota la influencia de artista completo que Chris Ware ha tenido sobre Clowes.
De la revista Eightball proceden precisamente ocho de las historias que componen este Caricatura, más una novena, "Delineador de ojos verde", el primer cómic aparecido en Esquire. Alejadas del aspecto kitsch de los primeros trabajos de Clowes, las historias de esta recopilación nos muestran a un autor con un tono más adulto, preocupado por sugerirnos con la mínima expresión todo un abanico de sentimientos desgarradores y cuyos temas se acercan peligrosamente a un escéptico Raymond Carver. El claro trazo del artista delinea unos personajes capaces de, con una sola mirada, desenvolver todo su dolor interior y mostrarlo sin sonrojo a un lector atónito y completamente atrapado por el relato. Todo gracias a la fluida narrativa que despliega Clowes en sus páginas, estudiada hasta el más mínimo detalle para, por un lado, hacer de los escenarios una extensión misma de la personalidad de sus agónicos protagonistas, y, por otro, desenrollar un hilo de Ariadna que nos guíe sin pérdida posible hacia la lógica/ilógica conclusión abierta que nos tiene preparada.
En todos los relatos de Caricatura, Clowes nos ofrece un paisaje de soledad y desesperación, la decadencia de una civilización cosmopolita e individualista que aliena a sus integrantes, empujándolos a un sórdido mundo de vacío existencial. La caricatura es la abstracción satírica, distorsionadora, de un rostro sumido en el conflicto moral de la búsqueda intencionada de la soledad y, por contra, la ansiada comprensión del lector. Por todas las historias que componen este libro deambulan máscaras autoimpuestas que ocultan la angustia y la esencia del alma de sus personajes. En ocasiones son máscaras literales, en otras una actitud apocada, y en otras un cinismo que desprende aún más si cabe un grito de auxilio. Se encuentran derrotados o simplemente resignados ante una situación, una vida, que no corresponde a sus expectativas, en caso que las tuvieran. Y, no obstante, un nuevo giro circunstancial les aturdirá y les sumergirá todavía más en la pesadumbre, aún conservando un atisbo de dignidad y coherencia.
A pesar de la diversidad temática de los distintos relatos que componen Caricatura, un punto de vista único sirve de referencia para el lector. Conducidos por la neutra y analítica voz del protagonista, paseamos por un mundo aséptico pero a la vez melancólico, escenario de sus miedos y rechazos, de sus anhelos y sus recuerdos. Los personajes nos muestran un decorado salpicado de viajes atrás y adelante en el devenir de los acontecimientos, que no en la disposición de ideas. Unos sucesos que son colocados magistralmente de tal forma que cualquier otra construcción no resultaría en la misma historia y, por ende, no provocaría las mismas reacciones: pasamos imperceptiblemente del sarcasmo a la desesperanza, de la incomprensión al abandono, en una suerte de montaña rusa de sentimientos encontrados. Clowes nos habla a través de sus creaciones, sus protagonistas, y nos da las piezas precisas en el orden preestablecido, por tal de reconstruir unas vidas erráticas, patéticas o crueles que no buscan la moralina, pero sí nos despiertan de un letargo de autocompasión y egocentrismo. Justo los vicios en que caen ellos mismos tan a menudo.
Caricatura
Daniel Clowes
La Cúpula
Daniel Gillespie Clowes nació el 14 de abril de 1961 en la ciudad del viento, Chicago. Su carrera como historietista comenzó a gestarse en 1979, cuando acabó el instituto e ingresó en el Pratt Institute de Brooklyn para estudiar Arte. Tras conseguir el título, intentó sin resultado encontrar trabajo como ilustrador en Nueva York. De 1985 a 1989 colaboró con su trabajo The Uggly Family para la revista Cracked, aparte de varios artículos teóricos. En 1985 también envió su primera historia de Lloyd Llewellyn al editor de Fantagraphics, Gary Groth, quien le hizo un hueco en el número 13 de Love and Rockets, la revista de Beto y Jaime Hernández. La carrera del cómic Lloyd Llewellyn se extendió por seis números para acabar en 1988 con The All-New Lloyd Llewellyn Special. Fue entonces cuando Fantagraphics publicó la primera entrega de Eightball, la revista que englobaría todo el trabajo en el mundo del cómic del artista desde entonces. Fue en esta revista donde apareció serializada la surrealista Como un guante de seda forjado en hierro, en los números 1 a 10, compartiendo espacio con otros relatos breves de contenido más cómico. Ghost World, la desmoralizadora y chocante historia de la separación de las amigas Enid Coleslaw y Rebecca, fue publicada en los números 11 a 18 del cómic, para dejar paso, del 19 al 21, a David Boring. Las dos últimas entregas aparecidas hasta ahora de Eightball, los números 22 y 23, corresponden a las historias largas Ice Haven y The Death-Ray, donde se nota la influencia de artista completo que Chris Ware ha tenido sobre Clowes.
De la revista Eightball proceden precisamente ocho de las historias que componen este Caricatura, más una novena, "Delineador de ojos verde", el primer cómic aparecido en Esquire. Alejadas del aspecto kitsch de los primeros trabajos de Clowes, las historias de esta recopilación nos muestran a un autor con un tono más adulto, preocupado por sugerirnos con la mínima expresión todo un abanico de sentimientos desgarradores y cuyos temas se acercan peligrosamente a un escéptico Raymond Carver. El claro trazo del artista delinea unos personajes capaces de, con una sola mirada, desenvolver todo su dolor interior y mostrarlo sin sonrojo a un lector atónito y completamente atrapado por el relato. Todo gracias a la fluida narrativa que despliega Clowes en sus páginas, estudiada hasta el más mínimo detalle para, por un lado, hacer de los escenarios una extensión misma de la personalidad de sus agónicos protagonistas, y, por otro, desenrollar un hilo de Ariadna que nos guíe sin pérdida posible hacia la lógica/ilógica conclusión abierta que nos tiene preparada.
En todos los relatos de Caricatura, Clowes nos ofrece un paisaje de soledad y desesperación, la decadencia de una civilización cosmopolita e individualista que aliena a sus integrantes, empujándolos a un sórdido mundo de vacío existencial. La caricatura es la abstracción satírica, distorsionadora, de un rostro sumido en el conflicto moral de la búsqueda intencionada de la soledad y, por contra, la ansiada comprensión del lector. Por todas las historias que componen este libro deambulan máscaras autoimpuestas que ocultan la angustia y la esencia del alma de sus personajes. En ocasiones son máscaras literales, en otras una actitud apocada, y en otras un cinismo que desprende aún más si cabe un grito de auxilio. Se encuentran derrotados o simplemente resignados ante una situación, una vida, que no corresponde a sus expectativas, en caso que las tuvieran. Y, no obstante, un nuevo giro circunstancial les aturdirá y les sumergirá todavía más en la pesadumbre, aún conservando un atisbo de dignidad y coherencia.
A pesar de la diversidad temática de los distintos relatos que componen Caricatura, un punto de vista único sirve de referencia para el lector. Conducidos por la neutra y analítica voz del protagonista, paseamos por un mundo aséptico pero a la vez melancólico, escenario de sus miedos y rechazos, de sus anhelos y sus recuerdos. Los personajes nos muestran un decorado salpicado de viajes atrás y adelante en el devenir de los acontecimientos, que no en la disposición de ideas. Unos sucesos que son colocados magistralmente de tal forma que cualquier otra construcción no resultaría en la misma historia y, por ende, no provocaría las mismas reacciones: pasamos imperceptiblemente del sarcasmo a la desesperanza, de la incomprensión al abandono, en una suerte de montaña rusa de sentimientos encontrados. Clowes nos habla a través de sus creaciones, sus protagonistas, y nos da las piezas precisas en el orden preestablecido, por tal de reconstruir unas vidas erráticas, patéticas o crueles que no buscan la moralina, pero sí nos despiertan de un letargo de autocompasión y egocentrismo. Justo los vicios en que caen ellos mismos tan a menudo.
Etiquetas: Lecturas
11 Comentarios:
Alguien sabe si hay historias ineditas en este tomo???
a Bilbao todavia no ha llegado.
Por Anónimo, a las 12:54 p. m.
Yo ya las había leído todas, pero no recuerdo si en versión original o repartidas en los Brut y algunos números de El Víbora.
Por tirafrutas, a las 12:56 p. m.
acertadísima crítica/comentario, el tuyo del "caricatura". Sobre todo en trazar un puente entre Carver y Clowes. No coincido (o quizás no me gusta cuando lo hacen) cuando se compara a Tomine con Carver. Encuentro esa comparación un argumento de marketing, más como un gancho "atractivo" hacia quienes le gusta Carver, que como un puente entre el genial escritor, creador de un lenguaje propio y de todo un universo suyo.
Yo lo veo a Tomine un admirador obsceno de Carver. En cambio Clowes llega a Carver desde otro lugar, filtrándolo por un costado Kafkiano, mezclándolo con pulp comics y películas americanas cutres de los años 50, consiguiendo un estilo super personal y creando un universo propio.
Más allá de Carver, la obra de Clowes es grandiosa y Caricatura, un golazo parte en este último mundial del comic.
todas las frutas bien puestas en
Por Anónimo, a las 5:10 p. m.
Anónimo, encantado de ver que tú también encuentras ese paralelismo entre los dos autores. Eso no me deja como un bicho raro que hace asociaciones imposibles :) Lo raro es que no haya visto/leído ninguna entrevista en que el mismo Clowes deje constancia de cierta influencia de Carver. Para mí, es una relación obvia que no podía dejar de puntualizar.
Con tu comentario, queda un post redondo. Cubres el hueco que no me atreví a dibujar para no alargar demasiado la reseña. Como muchos saben, no soy partidario de hacer posts exageradamente largos, porque la gente suele cansarse rápido... No me miréis mal, son varios estudios al respecto ya :D
Por tirafrutas, a las 5:17 p. m.
Clowes hace una visión colectiva, cierto, pero siempre desde el punto de vista de un único individuo. Aprovecha al personaje para cargar contra una América apática y monocorde. Hace, como Carver, un retrato de una nación decadente, pero sin caer en la directa afirmación de Miller. Carver es mucho más sutil, más tímido si quieres verlo así, un rasgo que lo acerca a Clowes. Clowes no dice "este país es una mierda" directamente, pero sí nos deja con la duda al presentarnos unos personajes tan descontentos con su vida y con un entorno tan hostil como alienante.
Por tirafrutas, a las 1:24 p. m.
tirafrutas: coincido nuevamente con la puntualización que haces al respecto de carver - clowes, luego del comentario de álvaro. Me refiero a lo del "individuo dentro del entorno social" como motor y eje de las historias.
Yo creo que -como álvaro- Clowes se mete y entromete en distintos géneros muy cercanos al comic y a las pelis "clase B" que nos son más cercanas y suenan universales ya. Carver no utiliza estos "fuegos artificiales" pero no por eso no se emparenta con Clowes. Escapar a lo obvio es lo que los une (a Carver y Clowes).
Es cierto que entre tantas formas de ilustrar sus historias, Clowes recurre a "imagenes" que pudimos leer también en Miller y Bukowski, incluso en Salinger, pero dentro de un cóctel que además de hacerlo personal, lo destaca del resto y sobre todo, logra "disfrazar" cohernetemente un sensible acercamiento a Carver. Lo que es de aplaudir de mi parte.
Tomine en cambio, es predecible aunque las historias se lean con comodidad (o debo decir, facilidad).
Saludos.
Por Anónimo, a las 5:54 p. m.
Maravilloso, Daniel Clowes. No tengo palabras. Esto es lo que me gusta. Y creo que sois demasiados reduccionistas: ¿Carver? ¿Bukowski? ¿Henry Miller? = el desengaño del individuo, la soledad, la autoconciencia, la inanidad, el no-ser. Daniel Clowes es personalísimo.
Muy buen post.
PD: Frutero, ¿cómo que no quieres hacer post más largos? Es una pena. Yo te los leería, igual que mucha, mucha gente. Hombre, no es lo mismo una noticia que un libro de Clowes :)... Y más esta obra. A ver si le dedico un post...
Por Yorkshire, a las 1:16 a. m.
Y Chékhov, ya puestos.
Re. P.D.: Esto es un blog, no un portal, por lo que considero que los posts han de ser ágiles. Un estudio sesudo de una obra debería ir incluido en un espacio de un portal de cómics y no en una página con una configuración de lectura rápida y ocasional. Todo esto son teorías de usabilidad en la web que todo informático debería conocer al dedillo.
Por tirafrutas, a las 11:33 a. m.
Bueno, vale, vale... :) Cada uno hace lo que quiere en su casa. Yo sólo te lo decía porque me gustaría: hay pocos sitios que le dediquen espacio a una obra. Además, te lo decía, frutero, porque tú sabes un manso y me habría encantado. También, lo que me ocurre es que yo no suelo hablar o leer cosas sobre los comics con nadie de mi entorno, y sólo, en los blogs, puedo enterarme y disfrutar de opiniones, reseñas o estudios.
Un saludo.
Por Yorkshire, a las 11:35 p. m.
Bueno, para eso tenemos los comentarios, para intercambiar opiniones :) Creo que esta reseña al menos ha tenido algo de respuesta, lo que me alegra.
Si todos consideráis que debería extenderme en las reseñas de aquí en adelante, no tengo inconveniente. Para hablar/escribir me puedo quedar solo :P
Por tirafrutas, a las 12:30 a. m.
coincido con el sr.tirafrutas: extenderse o no queda dentro de un criterio mínimo: el de él mismo.
Y si funciona lo mínimo que escribe y resulta que tiene repercusión, la bola que se genera desde distintos puntos (opiniones) dará una riqueza etra a cada comentario acerca de una obra.
Lo bueno es que se generen opiniones, debate o aplausos al únísono.
Por Anónimo, a las 3:42 p. m.
Publicar un comentario
<< Ir a la página principal