Lecturas: semana del 11 al 17 de abril

Dejamos por fin la semana atrás. No sé vosotros, pero la mía ha sido de lo más ajetreada en cuanto a trabajo, por lo que las lecturas se han resentido. Pocas han sido, pero alguna más que destacable. Rescato también alguna lectura que se me había quedado pendiente de reseñar, porque no todos los días me puedo permitir un ratito para pararme ante el ordenador y teclear mis impresiones. Venga, vamos a ello, que se alarga el post.


Tokio es mi jardín
Frédéric Boilet y Benoît Peeters
Ponent Mon


Tokio es mi jardín no es la última novedad de la editorial Ponent Mon, pero sí la que más me ha agradado, por delante de Sexy voice and robo y No toques a mi chica. En Tokio es mi jardín, Frédéric Boilet y Benoît Peeters nos cuentan la aventura japonesa de un representante de coñac francés, en pos de un hueco en el mercado nipón. Las empresas occidentales intentan entrar en un vasto pero ignoto mercado, y el desconocimiento y la diferencia cultural suponen un obstáculo sobre todo para aquellas empresas con menos renombre. Éste es el caso de la empresa Cognac Heurault, cuyo representante y protagonista del libro, David Martin, comienza el relato de la peor forma posible: su novia le echa de casa y corta con él. Ante los problemas que está teniendo para vender siquiera unas pocas muestras del coñac y a pesar de que le fascina la lengua y la cultura del país del sol naciente, casi desea volver a su Francia natal, pero todo cambia cuando conoce a la joven Kimié y se enamora perdidamente de ella. Comienzan una relación que se ve amenazada con la inminente visita del dueño de la empresa de coñacs, el cual, si no ve que la entrada en el nuevo mercado es viable, cejará en su empeño y no podrá evitar despedir a David.

El protagonista, David Martin, está tan enamorado de Kimié como de Tokio y en esto casi se contrapone a la película de Sofia Coppola Lost in Traslation. Si en el film se conocían dos personas solitarias en un ambiente ajeno, agresivo, pero sorprendente, en Tokio es mi jardín tenemos a un francés orientalizado y absorbido totalmente por el mundo nipón. Esta implicación con la sociedad japonesa se transmite al lector casi sin darnos cuenta, de modo que conforme avanza la historia cada vez deseamos más que David se quede en Japón con su amada Kimié, su trabajo y sus aficiones, que tanto le aportan. A esto ayuda, por si fuera poco, el sobrio trazo de Boilet y la narrativa pausada, detallista, de los dos autores.


Mis circunstancias
Lewis Trondheim
Astiberri


Reedición al canto, y falta que hacía. Desde que se editara en octubre de 2002, era prácticamente imposible encontrar un ejemplar de Mis circunstancias en las librerías. Astiberri se ha puesto las pilas y ahora nos vuelve a traer este álbum autobiográfico de Lewis Trondheim donde el autor relata sus vivencias en los últimos meses que pasara en París allá por 1998. Una nueva edición más cuidada que la primera (y a un precio mayor, claro) que significa una segunda oportunidad para aquéllos que se la perdieran en su momento. Ahora, Trondheim es bastante más conocido en España, por lo que esta obra no pasará "tan" desapercibida como entonces.

Trondheim creó este álbum de forma serializada de 6 entregas bajo el título de Approximate Continuum Comics para la pequeña editorial independiente Cornélius. Está creado durante una época en que los componentes de una nueva generación de autores de BD se veían obligados a recurrir al fanzinismo y la autopublicación de obras que les llenaran, alejadas de los comunes best-seller del mercado francés. Así surgieron multitud de editoriales independientes como iniciativa de estos autores, tales como Cornélius o L'Association.

En este libro recopilatorio, Trondheim aboga por una introspección y se nos muestra tal y como él piensa que es: una persona uraña, taciturna y arisca con los demás; una persona antisocial que está rodeada de personas que aún así le soportan y le quieren, como es el caso de su pareja Brigitte. El entorno en el que se mueve, cuando no desvaría para exponernos alguna de sus divagaciones cínicas sobre el mundo, es el del estudio de trabajo que comparte con otros dibujantes: en las páginas de Mis circunstancias vemos pasar a todo tipo de personalidades afines al mundo de la BD francesa (incluso Moebius hace un cameo de una viñeta), sobre todo los cercanos al círculo de las independientes, y somos testigos de algunas interioridades de su aventura editorial en Japón de la mano de La mosca. Pero el peso de la historia recae, sobre todo, en la visión distanciada y ajena de la sociedad en la que le ha tocado vivir, y en el afán de no querer verse envejecer al acercarse inevitablemente a la treintena de edad. Geniales son las páginas donde descubre sus michelines o en las que se alegra por desgracias de personas que no le son muy apreciadas, precisamente.

En definitiva, un álbum totalmente recomendable donde se aúna la autobiografía (que a veces raya la autoparodia), el intimismo, los entresijos editoriales de las independientes y, ante todo, la crisis del prototreintañero que ve que su cuerpo no es el mismo que antes y que su carácter agrio le puede deparar desagradables sorpresas en un futuro de no cambiar. Ésta es la segunda oportunidad de saborear un libro excelente, no perdáis el TGV.


¡Jesús bendito!
Tronchet
Ediciones La Cúpula


Irreverente, absurdo, zafio, descacharrante... En fin, que servidor se ríe con la tontería más gorda y a veces le han tenido que parar la carcajada por soberanas estupideces. Por eso he disfrutado, a ratos eso sí, de este cómic de historias cortas de una o dos páginas de Tronchet, protagonizadas por un Jesucristo más cercano al Brian de los Monty Python que al de la Biblia. Una visión distanciada, relajada y considerada irrespetuosa en muchos países, es lo que nos encontramos al pasar las páginas de este Brut (¡con mejor papel que los anteriores!). Se alternan chistes despatarrantes (con los de Judas no puedo aguantarme) con otros que dejan más bien frío.

Tronchet es conocido en España por la aparición en los últimos números de El Víbora de su serie Pobres pero honrados, donde ya hacía gala de su peculiar humor absurdo. Sólo los amantes de este tipo de gracietas se verán atraídos por este Brut que edita La Cúpula. Religiosos y detractores del gag escatológico, abstenerse, por favor.