Lecturas: "¡Corre, Bon-gu!"

Acabo de descubrir el manhwa, o cómic de origen coreano, con una obra que me ha parecido completamente maravillosa. Un sentido de la narrativa y de complicidad con el lector que en muy raras ocasiones se dan en el mundo del cómic.



¡Corre, Bon-gu!
Byun Byung-jun
La Cúpula


La belleza plástica y la lírica se ponen al servicio de una historia de encuentros y reencuentros en la urbanita capital de Corea del Sur. Una joven y su pequeño hijo acuden a Seúl en busca del marido y padre desaparecido, en lo que se convierte en un viaje donde se revelará la auténtica esencia de la bondad, el desamor, la vergüenza, la amistad y la inocencia infantil.

El sobrecogedor silencio que asola toda la obra se quiebra con las pequeñas palabras que intercambian sus protagonistas. Basta con las miradas y los gestos para apreciar completamente lo que siente cada uno de ellos; el lenguaje corporal y las elipsis al servicio de la comunicación. No es necesario que los personajes hablen para transmitirnos con inusitada capacidad lo que aflige y enternece su corazón. El lector será el encargado de encajar con suma facilidad todas las piezas que Byun Byung-jun nos ofrece de forma generosa, así como de rellenar los huecos que dejan las palabras: ahí están las imágenes para suplirlas.

¡Corre, Bon-gu! es una hermosa historia de amistad y solidaridad en un mundo impersonal, donde la fría ciudad sirve como escenario neutro de una obra en la que priman las figuras de los personajes sobre todo lo demás. Tan solo las acuarelas y los pasteles que dan forma al cielo azul y las panorámicas de Seúl rompen con la sensación de aislamiento de los cuatro personajes principales, resaltando el contraste entre el pequeño pero cercano universo familiar y la cosmopolita pero despersonalizadora gran metrópolis.


Otras reseñas:

• ¡Corre, Bon-gu!, por El lector de cómics