Lecturas: semana del 21 al 27 de febrero

Éste ha sido un fin de semana de lecturas más que agradables. A la espera de que comience la sesión de cine de Million Dollar Baby, os dejo con lo que me han parecido un par de ellas.

Espera...
Jason
Astiberri


Si hay un autor que domina los silencios y las elipsis, éste es sin duda alguna el caso del noruego Jason. Autor del ya publicado por estos lares Chhhht! (Astiberri), ahora lo podemos leer de nuevo en una enternecedora obra que relata, a modo de pequeños episodios, acaso anécdotas diarias, la relación entre dos amigos de la infancia y el momento en que cambió la vida, de forma radical y tremenda, de ambos. Pasaremos, de sopetón, de una pequeña historia de quehaceres cotidianos a una amarga vida, angustiada y marcada por un trauma de la niñez que dejará predestinado el futuro de uno de los dos protagonistas.

Este tomo editado por Astiberri se lee en un plis-plas, si se quiere, pero hay que detenerse en cada página, asimilar ese momento detallado y, una vez reposado y absorbido, pasar a la siguiente. Puede caer el lector en una burda lectura rápida y superficial, fallo por otro lado típico del cómic mudo (o casi mudo, como éste, ya que los diálogos se pueden contar con los dedos de un solo pie), pero ojo, que no sea así, o los 9 euros que cuesta esta edición se antojarán carísimos. No lo son: esta obra requiere una lectura pausada, que el paladar de lector de cómics se deleite con el ritmo impregnado por Jason. Solamente así se pasará por tantos estados de ánimo que sorprenderá.


La época de Botchan
Jiro Taniguchi y Natsuo Sekikawa
Ponent Mon


Por poco llego tarde a una cena con unos amigos, culpa del absorbente ritmo narrativo de la última novedad de Ponent Mon. Jiro Taniguchi refleja en esta historia escrita por Natsuo Sekikawa la angustia de una sociedad japonesa que ha perdido su identidad como nación a favor de una occidentalización que ven como salvadora. A través de la idea de su protagonista, Soseki Natsume, de escribir una novela que le ayude a aliviar su neurosis obsesiva, vemos desfilar todo tipo de personajes que reflejan las distintas posturas sociales dentro del Japón de principios del siglo XX (ó finales de la era Meiji japonesa), un país que viene de una guerra contra Rusia cuyo tratado de paz considera una traición del gobierno hacia su propio pueblo. Soseki Natsume no está de acuerdo con la occidentalización promovida por los poderes nipones y desea describir en su novela cómo un sosias propio se rebela ante la autoridad, reclamando la validez de la cultura tradicional frente a una sociedad decadente y caótica, punto de vista que adquirió Natsume en su periplo europeo antes de volver a su país a dar clases. Frente a él (y junto a él) encontramos varios personajes que aportan su punto de vista de esta pérdida de identidad, lo que nos deja con una obra redonda como reflejo de una sociedad sin rumbo, con temores hacia su futuro.

Taniguchi, autor de El almanaque de mi padre (Planeta), Barrio lejano y El caminante (Ponent Mon) entre otras, todas obras posteriores a La época de Botchan, sigue demostrando por qué es uno de mis autores japoneses favoritos. Una narración impecable, que alterna el relato de Soseki Natsume con extractos de la obra que está escribiendo así como numerosos flashbacks, y un dibujo sobrio pero minucioso (donde, cuando considera necesario, adopta un estilo japonés tradicional), es lo que podemos encontrar en esta más que correcta edición de Ponent Mon, cuidada hasta el último detalle y con un inevitable sentido de lectura oriental. Viene con un epílogo a cargo de Fusanosuke Soseki, nieto del personaje principal de la historia (eso sí, en un incomprensible sentido de lectura occidental). Este primer volumen ocupará, sin duda y a pesar de este último y nimio detalle, un lugar destacado en mi librería particular.