Crónica de un Saló de amigos

Pues por fin se ha acabado el Saló para mí. Han sido un par de días cargados de reencuentros y presentaciones agradables con amigos la mar de amables y reconocidos amantes del cómic, que, una vez al año, nos juntamos en un recinto ferial para intercambiar impresiones, cuchicheos y cervezas. Este año no ha sido muy distinto a los anteriores, si descartamos el cambio de emplazamiento y de fechas que ha sufrido el Saló. El primer factor creo sinceramente que ha sido positivo para no dar una sensación, sobre todo el sábado, de agobio, desorden y amateurismo. El palacio ferial de Plaza España no tiene el encanto de la Estació de França, pero sí tiene muchas más comodidades que todos hemos agradecido. Otro tema es la fecha de celebración del Saló, en pleno período de exámenes. Entre esto y la amplitud de los pasillos, el viernes tuve la sensación de poca afluencia, pero eso ya lo comprobaremos con los datos oficiales que se hagan públicos.

En fin, lo dicho, han sido dos días en los que no paraba de saludar, dar la mano, abrazos y besos por doquier. El viernes apenas estuve dos horas por el Saló, pero me dio tiempo a saludar e intercambiar impresiones con Jesús Cuadrado (Sins Entido), Alexa (Devir), Manu y Stéphane (Bang!), Manel Fontdevila (El Jueves), Josep Maria y Montse (La Cúpula), Paco (De Ponent) y Mar (Glénat). Esto en cuanto a gente de editoriales, porque el Saló estaba atestado de personajes del mundillo, aficionados, libreros y compañeros de armas, como Molina, Jordi Bodera, Elena Cabrera, Manuel Bartual, Breixo Harguindey, Valentí Vañó, Álvaro Pons y un largo etcétera que espero que me disculpen, pero la resaca ha podido con mis sinapsis. El viernes noche empezó con una cena ligerita a base de tapas junto con Javier Arriola y un par de colegas míos, para luego continuar en la fiesta de Bang! en el bar Andy Blue. Allí nos tomamos unas cuantas cervezas artesanales que entraban sin pedir permiso y subían igual, acompañados de música en directo y charlas con Flix y su señora, Mawil, Stéphane, Manu, la gente de 6 pieds... Lástima que al día siguiente tuvieran que madrugar y no nos acompañaran a terminar la noche con algo más de alcohol en la zona de Poble Nou, donde dejé clara mi ineptitud hacia la conquista de señoritas, a pesar de que ella diera el primer paso (¡porque fue ella la que se acercó, Javi, sois testigos!). Pronto a casa, a las 4, que el sábado se perfilaba más atareado si cabía.

Y así fue, un sábado de lo más movidito, como era de esperar. Allí volví a saludar a todo ser viviente, entre los que cuento a varios dixtópicos como Lady Edith, Dark Schneider, Floren y MAB, Jorge Iván Argiz (que prometía una Semana Negra de lo más interesante), David Hernando y más gente de otras páginas web como Vic y editoriales como Carles Miralles y Xavier Garriga. La tarde me apresuraba y sólo pude dedicarle un saludo rápido a Joseba Basalo, y unas despedidas a toda prisa de Montse y la gente de Bang! y 6 pieds, cuyo último número de El pulpo ha encantado a propios y extraños y está llamado a ser todo un éxito. Buena muestra de ello es la fantástica camiseta que lucí en la quedada bloguera con Javi, Álvaro, Jotacé (que constató que no soy tan serio como aparento en el blog, aunque me esfuerce por lo contrario), José Antonio Serrano, Laintxo, el tete, Jordi, Polloputo, Josep Busquet, gente de Es la hora de las tortas! y espero que no me olvide de nadie más. Como tampoco olvidaré las bellas señoritas de la mesa de al lado cuyas fotos espero recibir pronto (¡date por avisado, Laintxo!). Unos pocos aventurados se apuntaron a cenar conmigo y unos amigos en un bar unas pocas tapas remojadas con vino turbio y luego descansar un poco tomando algo en la Ovella Negra. Se acabó el sábado, nos despedimos y se acabó el Saló para mí. Hoy domingo supongo que habrá una gran afluencia de público, a pesar de lo amenazante de la situación meteorológica, pero mis pies no pueden más, así que me toca descansar, leer y hacer unas pocas reseñas durante varias semanas, porque la cantidad de novedades era exorbitante.

Un placer saludaros a todos, aunque una lástima que se me escaparan algunos. Otra vez será, espero que más pronto que tarde. Es un orgullo poder hablar con gente tan maja. ¡Salud!