El pequeño Nicolás mira al cielo


    La única vez que el pequeño Nicolás se fumó un puro a escondidas con su amigo Alcestes (un niño "gordo que come todo el rato"), la cabeza comenzó a darle vueltas y le dieron ganas de llorar. Alcestes se puso verde. A Nicolás, probarlo nunca le pareció buena idea, pero, como decía Alcestes: ¿Te lo han prohibido tus padres? Como un reloj, la lógica de Nicolás se puso en funcionamiento: "Yo lo pensé y la verdad es que tengo que decir que papá y mamá me han prohibido hacer dibujos en las paredes de mi cuarto, hablar en la mesa sin que me pregunten cuando hay invitados, llenar la bañera para jugar con mi barco, comer pasteles antes de cenar, dar portazos, meterme los dedos en la nariz y decir palabrotas, pero fumarme un puro es algo que papá y mamá no me han prohibido nunca". Así que lo hizo y terminó vomitando.


Jesús Rocamora habla sobre El pequeño Nicolás hoy en el diario Público.

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